Sobre la obra
Esta obra, para mí, es una reflexión sobre la fugacidad de todo. Es una visión de un mundo donde la humanidad ha desaparecido, pero las huellas de su existencia aún hablan.
La habitación en ruinas, con sus paredes descascaradas y el polvo que yace por todas partes, simboliza la implacable marcha del tiempo. En este espacio olvidado cuelga una obra maestra, un Van Gogh, que ya no es visto por nadie. Las pinturas de Van Gogh representan para mí el deseo indestructible de la humanidad de crear belleza, de capturar y preservar el mundo.
En esta obra, planteo la pregunta: ¿Qué queda cuando ya no estamos aquí? La respuesta es el arte mismo. Incluso si se olvida, cubierto de polvo, la esencia de la obra permanece. La pintura de Van Gogh ya no es una posesión preciosa, sino que ha sido reducida a su forma pura: un objeto de belleza que trasciende el tiempo.
Es un pensamiento melancólico, pero también esperanzador. Esperanzador porque muestra que el poder del arte es tan grande que puede sobrevivir a la distopía. Es un recordatorio de la eternidad de la belleza, incluso cuando la civilización que la produjo ha desaparecido hace mucho tiempo.
Presupuesto
Editor | Martine Jacobs |
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